Quítame la cruz

San Mateo 16: 24

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a símismo, y tome su cruz, y sígame.

 Un hombre, cansado de cargar su cruz, pidió insistentemente a Dios que se la quitara. Los pedidos del hombre llegaron hasta los oídos de Dios que se compadeció y le dijo:

- En el mercado, hay un puesto de cruces. Puedes dejar la tuya y tomar la que quieras.

Ese mismo día el hombre corrió hasta el mercado y efectivamente encontró un puesto que nunca antes había visto. Entró, dejó su cruz y comenzó a probarse todas las que había. Unas eran muy pesadas, otras demasiado livianas; otras tenían formas o estaban hechas de materiales que no le gustaban. Después de buscar por un par de horas, encontró en un rincón una que le pareció la más adecuada. Era la suya.

Dios no desea el sufrimiento de los hombres. La cruz es la propia condición humana que no es perfecta. No se pueden evitar los sufrimientos, ni la muerte, ni todas las necesidades o aspiraciones insatisfechas.

Jesús nos enseña, con su propia vida, que lo único que vence la cruz es el amor.

(Anónimo)

 ORACION

Señor Jesús, quiero dejar hoy mi cruz en tus manos. Quiero aceptar que solamente tu amor puede hacer que la supere, quiero aceptarla como un símbolo de que, si pongo todos mis sufrimientos en tus manos, Tú los transformarás y me ayudará a vivir mejor. Dame el valor y la fuerza para vivir cada día plenamente, dejando a un lado los pensamientos negativos y las dudas, sabiendo que eres más que suficiente para mí, que eres todo lo que necesito en la vida, que eres mi provisión contínua, que eres el todo de mi universo. Hoy te entrego mi cruz, no para pedirte que me la quites, sino para agradecerte porque a través de ella me enseñas a ser mejor persona. Quiero aceptar mi cruz como mi imposibilidad de hacer algo por mí mismo, y tu Cruz como  la que has dejado como un símbolo de amor y entrega incondicional, un símbolo de victoria. En el Nombre de Jesús.

PARA HACER:

Dispongamos hoy nuestro corazón a dejar pasar este día sin ninguna queja, sino agradecimiento a nuestro Señor Jesucristo por cada contradicción que debemos afrontar, como un desafío a la madurez espiritual.